Los asesinos de Noir

Ojo morado


Brath abrió la puerta de casa y, arrastrando los pies, se dejó caer en el sillón del salón junto a un suspiro. Nathan, que también estaba en el salón, dejó lo que estaba haciendo y miró al chico.

- ¡Guau! Menudo morado que llevas en el ojo- comentó- ¿Te has peleado?

- Pues los otros no estaban mejor.- puso la mochila a un lado.

Lo pasos de Gabriel resonaron por el pasillo.

- ¿¡Qué es eso de que te has peleado?! ¡Qué son esas magulladuras!- Exclamaba mientras le agarraba del brazo.- ¿Pero qué ha pasado? Tú no eres esa clase de niño...

- ¿Se metieron contigo?- se acomodó Nathan. –Puedes contarnos lo que pasó si quieres.

- Un grupo de chicos en el patio se acercaron a mí y me dijeron que mi madre me había abandonado. Yo les dije que no era eso. Y entonces me dijeron que era adoptado, que seguro que mi padre era un "mariquita de esos"- Brath bajó la mirada- Yo les dije que no, que no era adoptado. Y les argumenté las cosas como siempre me dices que haga, papá. También que me daba igual si eras o no gay, pero aun así... Siguieron diciendo cosas feas y al final...

- Recurriste a la violencia.- sentenció Gabriel intentando no alzar mucho la voz.

- Hablar con los puños es un instinto básico. Y a su edad no se puede evitar. No seas duro con él- apaciguó Nathan- Recuerda que también se metían mucho con nosotros.

- Iré hablar con los padres de esos chicos. ¿Quiénes eran?

- ¡No! Si lo haces empeoraran las cosas.

- ¡¿Y qué quieres que haga?! Que deje pasar que te han pegado y que has pegado a otros chicos.- alzó la voz.

- ¡Papá!- se levantó Brath.

- ¿Qué tal si hacemos una cosa? Pasamos esto por alto. Si aparecen los padres pidiendo explicaciones actuaremos. Y si vuelve a ocurrir tomaremos cartas sobre el asunto ¿de acuerdo? – sonreía Nathan mientras movía las manos para calmar el ambiente.

- Sí, por favor, tío Nathan. Hagamos eso, papá.- se aferró a su brazo.

- De acuerdo.- suspiró resignado y algo a regañadientes.

- Además estamos pagando la escuela para algo, si no trabajan como deben, te cambiamos y ya.- dio unas palmadas Nathan en la espalda de los otros dos.- Y todo en paz.

- Preferiría evitar cambios innecesarios.

- Yo pienso igual, tengo buenos amigos también.- comentó recogiendo la mochila- Voy arriba a dejar esto.

Brath salió del salón y mientras se le escuchaba subir las escaleras, Nathan y Gabriel permanecían callados. En escuchar la puerta, volvieron a hablar.

- Se puede saber porque intervienes. – estalló Gabriel- ¿No has visto que le han pegado? ¿Y tú no quieres intervenir? No puedes hacer las cosas tan a la ligera. Además, quien te ha dado vela en este entierro.

- Ya tardabas en reprenderme. Son cosas de niños. No puedes siempre meterte en esa clase de asuntos. A lo mejor esto queda en nada, y si no es así, intervenimos y ya. Pero meterte tanto en la vida de Brath puede dificultarle las cosas en el futuro.

- ¡Tú qué sabes! Fui yo solo quien lo crio estos últimos años. Aunque él tenga una parte de ti, eso no te da autoridad para hacer estas cosas.

- Puede ser, pero ahora estoy aquí para remendar esto. Y si tú haces el papel de poli malo, yo haré el de poli bueno. No puedes tener al niño siempre restringido. No es un experimento que deba ser protegido para que no le ocurra nada durante su desarrollo...- Nathan miró a Gabriel- Porque... Ves a Brath como un niño ¿no? O piensas en él como un experimento de clonación.

- Yo... No, yo lo he tratado como mi hijo y así lo siento.

- Entonces solo eres un padre muy sobreprotector.- se volvió a acomodar en el sillón- Por cierto... ¿Le has explicado en algún momento como fue su nacimiento? Esa es una de las razones por la que discutió.

Gabriel se quedó callado y estuvo a punto de marcharse.

- ¡Gabriel!- hostigó Nathan

- No, no le he dicho nada. No tiene edad para comprenderlo. Una vez intenté decírselo, pero parecía no entenderlo, así que le dije que esperara a ser más mayor.

- ¿Y cuánto más piensas esperar?

- No se... A que le den la clase de sexualidad, o haga anatomía humana o biología. Es que si no sabes de genética esta difícil explicar algunos conceptos...

- Ya bueno, y que más. Esperas a que tenga un grado universitario y se saque el doctorado de genética.- habló con sarcasmo.

- Pues mira. No es mala idea.

- Oh, por favor, Gabriel. Te acuerdas cuando nosotros también indagamos para saber quiénes eran nuestros padres. Siempre pensando que eran una familia que no nos podía mantener o a lo mejor sufrieron un accidente y murieron... ¿Y lo mal que nos sentó la verdad? ¿Lo recuerdas?

- Sí, lo recuerdo. Fuimos fruto de una violación y nuestra madre murió al darnos a luz. La familia no nos quería y nos dieron en adopción. Bueno, nos abandonaron. Por poco no morimos en la calle.- se sentó también.

- Brath también quiere saber sus orígenes, para bien o para mal. Y yo creo que debería entender lo que es un clon, mitad tú y mitad yo. No tienes tampoco que explicarle el elaborado proceso que seguiste.

- Visto así...

- Es que te complicas demasiado.- palmeó la cabeza de su hermano. Y entonces, Nathan, esbozó una sonrisa. –Mira que llamarte gay.

- ¡Bah!, no me lo recuerdes.

Retumbaban los pasos de Brath bajando las escaleras a prisas.

- ¡Tío Nathan, Tío Nathan! Mira lo que he encontrado en la ventana.- se acercó con una mantis en el dedo.

- ¿A ver? ¡Oh!- dijo mientras se levantaba e iba hacia el niño- Que tal si vamos a poderle algo de hielo en ese ojo.

- ¡Vale! -respondió moviendo al insecto.

Gabriel se quedó en el salón viendo como aquellos dos se dirigían a la cocina.


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