Los asesinos de Noir

Trabajo a sangre fría


Después de desactivar la alarma de la casa, Leo entró silenciosamente y cerró a su espalda la puerta con suavidad. Las manchas de sangre ya llegaban hasta la puerta. Fue peligroso haber disparado al hombre cuando estaba tan cerca de la entrada. Esquivó el cuerpo y acabó de registrar la planta baja. El hombre fue el primero en caer y la mujer que estaba en el salón fue la segunda. Subió silenciosamente los peldaños de la escalera y empezó a explorar el primer piso. Según su información tenía que eliminar a todos los habitantes de la casa. Una matrimonio que vivía con su hijo y un anciano. Acabó de registrar la casa pero no halló a los dos últimos integrantes. Desde el pasillo se asomó cuidadosamente a una ventana que daba a la calle. Allí vio cómo, el anciano y el niño, estaban de camino a la casa. Entonces, a Leo, le empezó a vibrar el móvil.
- ¿Sí? - descolgó
- Hola cariño. Te recuerdo que hoy me prometiste que nos acompañarías a mí y a Mirai a ver a mis padres.
- Lo sé, allí estaré.
- Ya sabes que a Mirai siempre le hace ilusión ir a ver a sus abuelos. No te retrases. Mi padre ha dicho que él se encargaba de hacer la cena y ya sabes cómo es él con respecto a la puntualidad.
- Lo recuerdo. Termino esto rápido, déjame archivar los últimos encargos y voy.- miró como las dos últimas personas de la lista se acercaban a la puerta de entrada.
- Siento haber molestado. Un beso, nos vemos ahora pues.- y colgó.
Leo se pegó a la barandilla de las escaleras y cuando el anciano cerró la puerta tras de él, al entrar, se desplomó en el suelo por el disparo de Leo. El niño corrió a socorrer a su abuelo que yacía desangrándose. El hombre descendió las escaleras y entre las lágrimas del niño y su expresión de terror, disparó la última bala, acabado con su sufrimiento.
- ¡Dios! Porque tienen que ser así las cosas- protestaba mientras recogía los dos casquillos de bala que disparó.- Tener que disparar a civiles, para proteger a mi familia... En qué momento de mi vida me habré confundido de camino... En qué momento Noir puso sus ojos sobre mí...
Aun refunfuñando un poco, salió de la casa de nuevopor la puerta trasera. Conforme salió activó la alarma y se marchó sin hacermás ruido ni presencia.    

No hay comentarios:

Publicar un comentario