Los asesinos de Noir

Boda funesta

Su sangre manchaba todo el blanco vestido y su calor se escapaba entre mis dedos. Y en lo único que podía pensar era en decirle que no se marchara, que no me dejara solo. Por mucho que presionaba la herida, la sangre no se detenía. 
Hoy debería ser el día más feliz de mi vida, me iba a casar en pocas horas. ¿Por qué ha tenido que acabar así? ¿Por qué así?
Yo había vivido una vida humilde, estudié, trabajé, conocí mucha gente e hice muchos amigos. Encontré a la persona ideal y decidimos casarnos. Entonces, ¿Por qué tenía que acabar así?
Empezaba a oír voces a mí alrededor, pero no era capaz de entender que decían. Un hombre me agarró por debajo de los brazos y me levantó, arrastrándome, haciendo fuerza para alejarme de mi esposa.
- ¡NO! Dejadme, ella aún está viva. ¡Salvadla!- forcejeé mientras intentaba volver a alcanzarla.
- ¿Y bien?- habló el que me sujetaba.
- No, no tiene pulso.- confirmó otro que se había puesto junto a ella.
- Alejaros, no sabéis nada… No me dejes, no ahora. Nos íbamos a casar, ¡Por que!- forcejeaba como podía pero no conseguía zafarme de los brazos que me agarraban.
Da igual cuanto lo gritase o lo suplicase, aquellos hombres se llevaron su cuerpo con ellos. Sin ella en este mundo ya nada tenía sentido, ya nada me importaba. Para que existía yo, si no está ella a mi lado. Mi decisión final fue irme al otro lado junto a ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario